Atanasio de Alejandría, es la gran figura de la Iglesia del siglo IV. Por su defensa de la fe de Nicea, en la divinidad del Verbo encarnado
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Atanasio, La Encarnación del Verbo, Madrid: España, editorial ciudad nueva, 2015
El libro tiene una introducción realizada por Fernando Guerrero Martínez que consta de tres partes: una primera parte en la que se realiza un relato biográfico de la vida de Atanasio especialmente enfocado en la defensa de Nicea en contra de los planteamientos arrianos. He de mencionar que su explicación de la causa del surgimiento y desarrollo del arrianismo me resulta bastante reduccionista, ya que lo limita a un producto del racionalismo teológico, presentando puntos de contacto con el neoplatonismo; no teniendo en cuenta en su conclusión la posible influencia del marco histórico en el que la iglesia no se había preocupado demasiado por sentar bases teológicas bien definidas, el único que había desarrollado algún trabajo sistemático en esta materia era Orígenes, es así como en cierta medida Arrio es un hijo de su tiempo, especialmente de la escuela alejandrina, recogiendo el testigo de teólogos como Filón, Clemente y Orígenes entre otros; por tanto simplificar esta cuestión me parece un desacierto por parte del autor.
En este apartado biográfico también se detalla en buena medida la historia de los concilios que se llevaron a cabo en esta disputa, así como los distintos cambios políticos que llevaron al destierro de unos y de otros según la empatía del emperador de turno. Es interesante y creo que justa, la imagen de perseverancia y tenacidad con la que el autor nos presenta a Atanasio en todo este proceso, lo cual nos permite ver la fuerza detrás de las convicciones que este padre de la iglesia tenía, dejándonos un ejemplo de amor y compromiso en la defensa de las verdades bíblicas.
El siguiente apartado de la introducción hace referencia a las obras literarias de Atanasio, en el que se realiza una categorización de sus distintos escritos para luego hacer un breve comentario acerca de la obra “La encarnación del verbo” exponiendo algunos detalles relevantes acerca de su fecha de composición, su estilo literario, su contenido y la importancia de esta obra a lo largo de la historia.
Lo primero que cabe destacar en la exposición que realiza Atanasio, es su aclaración acerca de la naturaleza del verbo, en la que afirma que no se debe errar al pensar que porque Cristo tomó una naturaleza humana o contingente, esta es su naturaleza original. Sino que esta encarnación tiene una causa y un propósito claro, estos son el amor de Dios y nuestra salvación.
Seguidamente el autor nos presenta un relato con tintes apologéticos frente a algunas argumentaciones filosóficas, en las que se defiende una creación espontánea y sin providencia, a lo que Atanasio responde con el argumento del orden presente dentro de las estructuras creadas, pero también hace alusión al platonismo que defiende la necesidad de una materia preexistente sobre la cual Dios actúa para crear, a lo cual Atanasio responde mediante el argumento de la potencia de Dios para crear de la nada, de lo contrario se mostraría un Dios impotente y dependiente de algo externo a él mismo, lo cual resulta incompatible con la idea de Dios creador.
Así mismo Atanasio resalta la creación del hombre a imagen del verbo de Dios, lo cual apunta a que Dios creó al hombre para la incorruptibilidad y no para que pereciera, siendo su muerte, según Atanasio, el fruto de su desobediencia al ceder ante el engaño de Satanás. Es así como el hombre perdió la gracia concedida por Dios y al mismo tiempo recibió la veracidad que encontramos en las palabras “de cierto morirás”. Y dado que Dios es veraz estas palabras tenían que cumplirse.
También me resulta muy interesante como Atanasio presenta el hecho de que Dios haya puesto de su imagen en el hombre, como una de las razones de peso para intervenir en su rescate, siendo esta ademas la demostración de su bondad hacia la humanidad. Para ilustrar esto, el autor utiliza una analogía en la que nos presenta a un rey cuyo reino ha sido saqueado y conquistado y cuya acción responsable es intentar por todos los medios rescatar su reino y salvar a sus habitantes.
Atanasio introduce la encarnación del verbo como algo necesario, dada la naturaleza inmortal de este; es asi como el verbo tomando cuerpo se hace partícipe de nuestra naturaleza, para asi llevar sobre él nuestra culpa a través de su sacrificio, apartando la muerte y la corrupción de todos los hombres por medio de su resurrección. Cabe quizás señalar que el lenguaje que utiliza el autor puede resultar en malentendidos que conduzcan al universalismo “así se apartase la corrupción de todos los hombres por la gracia de la resurrección.”.
En el siguiente apartado del libro, el autor se centra en la imagen de Dios y en su restauración de esta en los hombres; según Atanasio Dios previó, lo cual parece apuntar a su presciencia, que el hombre podía sucumbir ante la tentación y que en lugar de mirar hacia el cielo miraría a su alrededor, por lo cual envió distintos medios entre ellos la creación, los profetas y la ley para que el hombre pudiera conocerle, sin embargo para que la imagen fuese restaurada, la misma imagen de Dios debía encarnarse y presentarse entre los hombres para así vencer la muerte y la corrupción.
En lo que respecta a la encarnación y las obras milagrosas, Atanasio afirma que el Verbo al crearse un cuerpo estaba también manifestando su gloria como el creador de todos los cuerpos y de la misma forma en este cuerpo realizó una serie de obras milagrosas que dan testimonio de su divinidad, ya que su creación y su providencia no les bastó para reconocer que él era el Hijo de Dios.
En los siguientes dos apartados el autor se centra en la redención por medio de la muerte de Cristo y la incorruptibilidad por medio de su resurrección. Señalando la encarnación del verbo incorruptible en un cuerpo mortal como aquello que permitió por un lado, la victoria sobre la muerte y la corrupción y por otro, la confianza que pueden tener los creyentes para abordar sus vidas con valentía y entrega, lo cual resulta en un testimonio para el mundo de que Cristo no esta muerto sino que ha resucitado, vive y continúa obrando en la iglesia.
En el último apartado antes de la conclusión, Atanasio desarrolla dos defensas apologéticas, la primera dirigida a los judíos y a sus argumentos en contra de la obra de Cristo; a lo que Atanasio responde señalando todos aquellos textos del antiguo testamento en los que se hace mención del Cristo y de su obra redentora. En segundo lugar, se dirige a los paganos respondiendo a la pregunta ¿por qué Cristo eligió hacer uso de un cuerpo humano y no de otros elementos mas potentes de la creación?, a lo cual Atanasio argumenta que solo el hombre estaba errado en su concepción acerca de Dios y por tanto necesitaba la restauración de su imagen.
Finalmente Atanasio concluye con una exhortación a escudriñar las Escrituras y a vivir piadosamente, de modo que podamos tener un entendimiento claro acerca de cuál es la voluntad de Dios. Hace también un gran hincapié en la inspiración de las Escrituras, así como en la transmisión procedente de testigos directos de la divinidad del Verbo.
Enlace al libro completo: La Encarnación del Verbo
Muchas gracias por compartir el libro y todo este pensamiento